Notas de Viaje (9)

Parte el avión.

Entre magnéticos vientos, justo en el plano del accidente eleva su vuelo; en forma urgente, porque ya no hay espacio para permanecer un sólo instante más, antes de que colapse la tierra, que con peligrosos estruendos, entre tremores gritos le permite al fin despegarse de ella.

Nosotros, en cambio, lo observamos desde lejos. Hasta recién corríamos sin vacilar hacia la pista, en desesperada persecución, pero nos detuvimos porque comprendimos que lo mejor era esperar. Si la suerte ya está echada, si la historia ya ha sido escrita bajo el implacable peso del destino, es porque nosotros mismos así lo decidimos, y ya no existe lugar para la duda. Es por eso que la partida no nos es urgente, y es por eso que dejamos de tambalear al caminar.

Es porque ya no hay estruendos bajo nuestros pies. Es porque tenemos la sutileza de los fantasmas.


(Notas de Tripulante)