Notas de Viaje (10)

Cuánta más paz abunda en este lugar.

Probablemente sea el juego de velocidades mientras los planetas conspiran en el infinito que me rodea. Su movimiento, como he podido notar, es majestuoso, como la danza de un dragón azul que se desenvuelve en una magnífica espiral.

Nadie dijo que sería fácil estar aquí, a miles de kilómetros de tierra, donde la lejanía y la espera queman en las fibras del alma. Aquí en el vacío estoy más cerca de las estrellas, lo sé, pero a años luz de mí mismo.

Por alguna razón que desconozco, no pudimos romper el lazo que nos une al planeta y volvimos a caer aquí, en la ruta de los satélites. La sumisión de los destinos circulares, y la férrea esclavitud del ritmo invariante son como un naufragio en la ruta del Tiempo.

De aquí en más, seré sólo un silencioso observador. Un nómada del tiempo que extraña su hogar, flotando a la deriva en un rumbo solitario. Y esta sensación de vuelo. . . no es en absoluto libertad.

Es solamente mi intuición de reconocerme en caída libre.



(Notas de Tripulante)